Autoconcepto y Autoestima en la adolescencia. Los padres frente al proceso de formación de sus hijos.
El autoconcepto es producto tanto de las aspiraciones propias como de la imagen que le devuelven los demás. El autoconcepto en la adolescencia no siempre es exacto y puede sufrir grandes oscilaciones: desde sentirse personas excepcionales hasta considerarse muy por debajo de sus posibilidades reales.
Por su parte, la autoestima implica valoración, juicio sobre sus características corporales, psicológicas, sociales y morales, entrando en juego los componentes afectivos.
Al principio de la adolescencia suele darse una mayor inestabilidad en la autoestima o un descenso en la propia valoración, motivado por. La inseguridad provocada ante los cambios físicos y la redefinición de su relación con los adultos, con un ajuste al principio negativo. No obstante, según avanza la adolescencia, se va recuperando cierta estabilidad y se incrementa ligeramente la autoestima.
Esta valoración del adolescente sobre sí mismo se va diferenciando entre sus componentes, pues la capacidad de autoanálisis le permitirá valorarse de forma distinta según sus características físicas, cognitivas, académicas o sociales.
La imagen corporal se halla establecida mucho antes de la adolescencia. Sin embargo, al llegar la pubertad, los cambios fisiológicos, que abarcan desde el tamaño del cuerpo y la fuerza física hasta la nuevas energías y capacidades sexuales, requieren revisar y rehacer la imagen del propio cuerpo. La adolescencia resulta ser una etapa en la que preocupación por el físico pasa a un primer plano. Muchos adolescentes expresan descontento acerca de sus rasgos físicos y la mayoría desearía cambiar alguno de ellos.
Los principales aspectos de esta preocupación, y, en su caso, descontento se refieren a la propia eficiencia física, o bien al atractivo corporal. Estos dos elementos vienen a constituir una de las porciones más importantes del autoconcepto, y en consecuencia también de la autoestima adolescente. En las adolescentes tiene una enorme necesidad de reconocimiento el atractivo físico, mientras en los adolescentes lo referido a la habilidad, capacidad física y destreza en deportes...
Pero no sólo la imagen del propio físico; toda la representación de sí mismo pasa a constituir en la adolescencia un tema fundamental. El adolescente tiene una enorme necesidad de reconocimiento por parte de otros; necesita ver reconocida y aceptada su identidad por las personas -adultos o compañeros- que son significativas para él. Es este reconocimiento y aceptación lo que asegura un concepto positivo de sí mismo.
Hay que señalar que durante la adolescencia se produce un descenso normativo en la autoestima debido a: Los cambios físicos de la pubertad, Los cambios en el contexto escolar y El inicio de las relaciones de pareja.
Una de las funciones indelegables de los padres o grupo familiar al ser responsables de los hijos, es ofrecerles educación no sólo desde el hogar, sino también a través una institución educativa. El paso de los niños por la escuela o colegio es una de las etapas más importantes en la formación, de ellos y de todo ser humano. Por eso es necesario que los responsables de la educación tengan clara la forma como seleccionarán el colegio donde van a estudiar sus hijos, y que además participen en su proceso educativo y formativo.
La Ley introduce términos como COMUNIDAD EDUCATIVA, la cual está conformada por directivos, docentes, padres de familia y estudiantes. El término comprende además a otros miembros del establecimiento y a la comunidad que hace parte del contexto de la escuela; entre todos ellos, es decir, entre todos los actores que abarca el término COMUNIDAD EDUCATIVA, tienen como responsabilidad la formación de los estudiantes de acuerdo con la realidad en la que está inmersa la institución. La formación, el desarrollo académico y los avances del conocimiento serán, en gran parte, responsabilidad de los actores que conforman la COMUNIDAD EDUCATIVA. Para llevar a cabo este propósito, se plantea entonces, constituir comunidades que participen activamente en la producción de un nuevo modelo educativo, el cual, será recogido en el PROYECTO EDUCATIVO DE CENTRO (PEC), que cada establecimiento debe elaborar. Con este marco legal, las instituciones educativas deben ser ahora pensadas desde adentro por todos sus actores, es decir, por la COMUNIDAD EDUCATIVA. Se habla ahora de gobierno escolar, de participación, de responsabilidad, de construcción colectiva. En este nuevo contexto, los padres que antes eran llamados para informarles sobre el estado académico de los hijos o para que colaboraran económicamente con la escuela, ahora deben ser parte activa de la vida institucional, lo mismo que los estudiantes. La participación de los padres se establece en las normas educativas fomentando la participación de los padres de familia en el mejoramiento de los procesos educativos. Permite a las organizaciones de los padres de familia, participar en el desarrollo de las políticas educativas y la democratización de la escuela, a través, de los gobiernos escolares y en la construcción e implementación del PROYECTO EDUCATIVO DE CENTRO (PEC). Contar con comunidades educativas formadas para que participen activamente en un PROYECTO EDUCATIVO, que pueda ser considerado a la vez, como proyecto de vida de la comunidad, permitirá mejorar la calidad de la educación.
Cuando los estamentos que componen la comunidad educativa aprenden y comparten espacios de reflexión, respetan la diferencia, escuchan nuevas propuestas, aceptan al otro, solucionan los conflictos a través del diálogo y la concertación, se está contribuyendo a que la calidad de la educación y la calidad de vida de los niños y jóvenes mejore considerablemente. Una vez que los padres han buscado y encontrado la institución escolar que mejor les parezca según los criterios antes establecidos, es importante que no se desvinculen del proceso de formación de los hijos. Por eso es necesario que además tengan en cuenta que: Los niños son por naturaleza sociables, y es la escuela el espacio más frecuente para que se vinculen con los demás niños. El colegio, se convierte entonces en un nuevo círculo afectivo para los niños. Por eso, los padres deben participar de este nuevo mundo y continuar ofreciendo amor y ternura a los hijos.
Los docentes comparten largas jornadas con sus hijos, por eso ellos deben ser los mejores aliados de los padres, para garantizar el mejor ambiente de afecto para los niños. El ingreso de los niños al colegio, significa para ellos iniciar un proceso de autonomía fuera de su hogar. Este proceso debe ser respetado y reforzado por los padres.
La escuela juega un papel fundamental en la formación de la niñez y la juventud como sujetos activos de derechos. Por eso es importante que todos conozcamos y garanticemos el ejercicio de los derechos de los niños. De hecho, toda institución educativa debe incluir en su PEI el desarrollo de proyectos pedagógicos transversales que posibiliten el ejercicio de los derechos, la educación para la sexualidad y la educación ambiental, de acuerdo con los contextos socioeconómicos y culturales.
La colaboración-participación entre familia y escuela permitirá la conquista de los objetivos educativos que se plantean, así como, la mejora de la tarea educadora de ambos.
Desde la familia, según recomiendan Palacios, César y Coll (1990), es necesario que se adopten hábitos tales como:
-Colaboración en las tareas educativas que se indiquen por parte del centro y los profesores.
-Comunicación direccional con el profesorado y el resto de agentes educativos.
-Disponibilidad y accesibilidad.
-Compromiso con la labor educativa.
El centro debe adoptar actitudes positivas hacia la participación y colaboración de la familia en el conjunto del proceso educativo.
Desde el centro es necesario que se adopten las siguientes medidas:
-Actitud positiva de aceptación ante la colaboración de los padres.
-Informar con periodicidad a los padres de los planes, proyectos, dificultades, que se produzcan en el proceso educativo de sus hijos.
-Solicitar la colaboración de los padres siempre que sea necesario para el proceso educativo de sus hijos.
-Orientar a los padres en aquellos asuntos en los que éstos se encuentren desorientados.
Es labor conjunta de padres y educadores prevenir, atender y saber cuidar la relación con sus hijos durante el proceso educativo, ya que de ello depende en gran medida los resultados del proceso:
-El rendimiento académico y equilibrio personal.
-El interés por el aprendizaje y su proceso.
-El proceso de adaptación en cada etapa educativa.
-El hábito de esfuerzo y motivación por el estudio.
-La disciplina, orden y organización de la actividad escolar
Estos son algunos de los aspectos que se pueden ver beneficiados si la relación de colaboración-participación familia-escuela logra realizarse en los términos que establece el Proyecto Curricular del centro, es decir, atendiendo a una relación bidireccional, en contacto con el entorno sociocomunitario, como punto de apoyo.