El Marco escolar: Absentismo y fracaso escolar.

04.12.2013 17:06

Las distintas y principales normativas legislativas y reguladoras en nuestro ámbito educativo (Ley Orgánica de Educación y Ley de Educación en Andalucía) hacen hincapié en los procesos de normalización educativa y escolar desde el punto de vista de la equidad para la calidad; entendiéndose por normalización la evolución armónica que el alumnado debe seguir, desde el acceso, permanencia y promoción en el sistema educativo, hasta la culminación con la titulación deseada. El derecho a la educación y a una escolaridad normalizada de todos los niños, niñas y jóvenes en las etapas obligatorias y postobligatorias de la enseñanza es un factor esencial de progreso y desarrollo de la ciudadanía y de la sociedad en general.

La Unión Europea a través del Consejo Europeo ha manifestado la gran preocupación que supone la alta tasa de fracaso y abandono escolar que existe en los países miembros, según los datos arrojados por los estudios socioeducativos realizados por este organismo en el ámbito comunitario europeo. Esta preocupación se hace más patente dada la desventaja social que supone este dato en relación con la formación, titulación e inserción laboral para los ciudadanos y ciudadanas que no superan los mínimos educativos y formativos exigibles. En este sentido existe compromisos de mejorar los procesos para superar los índices de éxito escolar de los países miembros (objetivos de Lisboa 2010). Esta preocupación es compartida por la Comunidad Andaluza a través de la Consejería de Educación.

 

 

ELEMENTOS NORMATIVOS Y REGULADORES

La primera aproximación debe estar relacionada con el establecimiento de una normativa acorde con las necesidades detectadas. Concretamente en nuestra Comunidad Autónoma la regulación específica está referenciada en la Ley 9/1999 de 18 de noviembre, de Solidaridad en la Educación y, posteriormente, el Decreto 167/2003 de 17 de junio en el que se establece la ordenación de la atención educativa a los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales asociadas a condiciones sociales desfavorecidas, conteniendo distintas disposiciones, medidas y programas para la atención a la diversidad en términos de mejorar las condiciones de escolarización en relación con el acceso, la permanencia y la promoción educativa de este alumnado. Del mismo modo, el Acuerdo de 25 de noviembre de 2003, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueba el Plan Integral para la Prevención, Seguimiento y Control del Absentismo Escolar y la posterior Orden de 19 de septiembre de 2005, por la que se desarrollan determinados aspectos del mencionado Plan, suponen un marco legal necesario para el desarrollo de la autonomía de los centros para establecer las medidas y estrategias necesarias, en colaboración con los agentes sociales, para luchar contra el absentismo escolar y el abandono temprano de la escolarización.

 

ÁREAS DE ACTUACIÓN

Las principales áreas de actuación en materia de absentismo y abandono escolar que se establecen en nuestra Comunidad son las siguientes:

Prevención e intervención en el ámbito escolar y comunitario para favorecer la adaptación del proceso de enseñanza a las necesidades e intereses de la población escolar que se encuentre en riesgo de iniciar o mantenerse en una situación de absentismo escolar.

Intervención en el ámbito social y familiar, llevando a cabo las medidas y programas que en cada contexto se determinen, intentando que esa intervención sea planificada y activada de modo integral en relación a las distintas variables de incidencias que provocan el absentismo en nuestros alumnos y alumnas.

Favorecer la formación y coordinación ente los diferentes profesionales implicados en el desarrollo de los Planes Provinciales para el Absentismo y Abandono escolar pertenecientes a diferentes organismos con competencia en materia socio educativo, formativa y de empleo.

Formación e integración laboral con el objeto de completar la formación de los jóvenes que no hayan superado los objetivos de la Educación Obligatoria mediante acciones formativas ajustadas a sus necesidades e intereses.

Potenciar la continuidad de los estudios postobligatorios en aquellos alumnos y alumnas que han abandonado o están con intención de abandonar los estudios conducentes a una titulación académica para proseguir estudios universitarios o de Formación Profesional.

 

ESTRUCTURA ORGANIZATIVA EN MATERIA DE ABSENTISMO ESCOLAR

Dada la complejidad que existe en los modos y formas con que se manifiesta el absentismo y el abandono escolar, se hace necesaria una estructura organizativa que permita una triple funcionalidad: prevención en los distintos ámbitos socioeducativos, detección temprana de las incidencias y aplicación ágil de los protocolos correctores establecidos. La estructura organizativa obedece principalmente a tres líneas de intervención:

La ESCOLAR, donde se desarrollan las acciones tutoriales, preventivas, y paliativas con el alumnado que presenta absentismo. Hemos de destacar que la dificultad mayor con la que se encuentra el centro es normalizar la situación del alumnado absentista retornado, para ello son necesarias acciones comprometidas de motivación, acompañamiento y tutorización, independientemente del apoyo y refuerzo curricular que necesariamente hay que trabajar.

La SOCIOFAMILIAR , que corresponde con las acciones e intervenciones que desde los ámbitos escolares y sociales es pertinente desarrollar para normalizar la asistencia del alumno y el compromiso familiar. En este ámbito se gestionan las acciones de los Equipos Técnicos de Absentismo, órganos vertebradores por los que deben fluir toda la información y toma de decisiones

en este ámbito.

La ADMINISTRATIVA, que es la última vía o trámite que se gestiona cuando las dos líneas anteriores no han dado un resultado positivo. En este nivel se concretan las decisiones y, consecuentemente, las medidas que se debe desarrollar en particular con cada uno de los casos planteados en relación con el historial presentado.

 

ABANDONO DEL SISTEMA EDUCATIVO

En nuestra comunidad autónoma, al igual que ocurre en el resto del estado y de países europeos, existe una alta tasa de titulados y tituladas en Educación Secundaria que no prosiguen su formación académica o profesional, lo que les confiere una escasa o nula cualificación laboral en un mercado altamente competitivo. Para bajar esa tasa e incrementar el número de titulados y tituladas y, sobre todo, de alumnado cualificado para el empleo, se está contemplando la posibilidad de becar los estudios al alumnado titulado en Secundaria con el objeto de facilitarle la opción de acceder a la titulación en Formación Profesional o cursar el Bachillerato como preparación para los estudios universitarios. El fin último de esta medida, pues, sería la formación y cualificación profesional y, consecuentemente, la mayor competitividad en el mundo laboral de los alumnos y alumnas que por diversas razones no se sienten estimulados para continuar su formación. Esta medida, que será más solidaria con las familias con menos ingresos económicos, favorecerá las iniciativas de los jóvenes a formarse y titularse ya que se aseguran aquellos gastos básicos derivados de los estudios. Como consecuencia de esta medida, se estima oportuno coordinar las acciones necesarias con los servicios de asesoramiento y orientación educativa; más concretamente con Departamentos de Orientación de los centros de Educación Secundaria con el objeto de que se desarrollen todas aquellas estrategias de mediación y asesoramiento personal y familiar que conduzcan y propicien hacia la reflexión y decisión acertada al respecto.

 

¿QUÉ SE ENTIENDE POR ABANDONO ESCOLAR?

Esta expresión en general alude a las situaciones en que un alumno “ deja “ de asistir al centro, no finaliza los estudios que esté cursando ni, por tanto, obtiene la titulación y formación correspondiente.

 

EL ABANDONO: UN FENÓMENO COMPLEJO Y MULTICAUSAL

Conocer y sacar a la luz esta problemática, y hacerlo del modo más documentado posible, es importante, pues difícilmente se podrán perfilar vías de solución si se desconoce su intensidad, bajo qué circunstancias y condiciones se produce y cuáles son sus raíces y causas. Su diagnóstico requiere el análisis de múltiples aspectos, pues se trata de un fenómeno en cuya gestación y desencadenamiento intervienen múltiples factores. Ha venido siendo habitual focalizar el análisis del abandono escolar en los alumnos. En tal sentido, se habla de factores que contribuyen al riesgo de abandono ligados al contexto social y familiar en el que viven (nivel socioeconómico, lugar de residencia, etnia, lenguaje minoritario, pobreza, estructura familiar, nivel educativo de los padres, violencia doméstica, etc.), así como relacionados con las características personales (su edad, género, nivel de capacidad y motivación, problemas de salud mental y/o física; embarazo adolescente, etc.). Igualmente, el riesgo de abandono está relacionado con la trayectoria académica del estudiante (bajas calificaciones, expectativas educativas bajas, repetición de curso temprana, problemas de disciplina, escaso grado de identificación con la escuela, absentismo, etc.). Una trayectoria en la que pueden aparecer pronto problemas y dificultades que, de no resolverlas adecuadamente en su momento, tendrán un efecto acumulativo. Y no hay que olvidar que un alumno no decide de golpe dejar el centro educativo y su formación; en general, a través de su experiencia escolar irá mostrando signos de desenganche e indicios de que para él la escuela es irrelevante. Pero la comprensión de éste fenómeno será parcial si se realiza únicamente en claves individuales. También es preciso contemplar al menos otros dos planos: uno, referido a los rasgos sociales, económicos, políticos y culturales que caracterizan nuestra sociedad actual y el grado en que contribuyen a dar sentido a la “promesa “de que la permanencia en la escuela y la formación que aporta representan la posibilidad y oportunidad para tener una vida mejor (una promesa que suena a hueco a un creciente número de estudiantes). Otro, focalizado en el propio escenario organizativo en el que se desenvuelven los alumnos. La organización educativa en la que transcurre la experiencia escolar de los estudiantes también es una fuente de factores (en este caso no individuales, sino institucionales) de riesgo de abandono. Pensemos, por ejemplo en condiciones organizativas que pueden contribuir a generar un clima escolar inhóspito para los estudiantes; currículos academicistas y fragmentados; preeminencia de estrategias de enseñanza rígidas y escasamente retadoras para los alumnos; textos y otros materiales didácticos poco ajustados a sus características y necesidades; actitudes y expectativas no siempre positivas ante determinados estudiantes y sus familias; estructuras y dinámicas de coordinación y trabajo docente que perpetúan la fragmentación curricular en el centro; modos de agrupamiento segregadores; tutorías y apoyos que no siempre responden a las necesidades académicas y sociales de los alumnos; inexistencia de un proyecto mínimamente compartido del centro escolar como una organización que ha de promover el aprendizaje para todos los alumnos – diferentes y diversos como son- etc. Las dinámicas académicas y condiciones organizativas del centro escolar pueden representar un entorno educativo poco propicio y estimulante para aquellos alumnos que son más vulnerables dadas sus características personales, sociales y familiares, de modo que así como ciertos alumnos pueden estar en riesgo de abandono, también los contextos escolares pueden ser en sí mismos entornos de riesgo.